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María Isabel Kerdel Matos

Nací el 28 de enero de 1988, en la ciudad de Barquisimeto, Venezuela. A los pocos años mi familia se mudó a vivir a Caracas, ciudad de la que me considero oriunda. Soy la cuarta y última de mis hermanos, vengo de una familia católica y si pudiera describirla en una palabra sería: unidad en el amor.

Estudié en un colegio de religiosas francesas. Conocí el Movimiento a través de las Mega Misiones de Semana Santa en el año 2008, año en que me incorporé al Movimiento, viendo que esto respondía a lo que mi corazón estaba buscando desde hacía tiempo. Más adelante, al graduarme de Ingeniería Industrial, decidí irme de colaboradora con la intención de dar respuesta a las inquietudes vocacionales que habían comenzado explícitamente cinco años atrás. Estos años de colaboración fueron una experiencia de indecible riqueza, a la cual vuelvo constantemente como fuente de confirmación vocacional.

Al finalizar me fui a Madrid, en donde hice el Curso Previo y luego solicité la admisión al Candidatado, después de siete meses me trasladaron a Monterrey, donde acabé mis dos años de candidatado, y el 22 de agosto de 2015 hice mi primera emisión de votos temporales, la cual renovaré, Dios mediante, en verano de este año en curso.

Actualmente, pertenezco a la comunidad de votos temporales en formación, en Madrid, somos 16 consagradas en formación, 2 formadoras y 2 consagradas que viven con nosotras y tienen apostolado externo, son directoras espirituales para algunas de nosotras. Esta comunidad comenzó hace menos de tres años, cuando inició el plan de estudios de Teología en la Universidad San Dámaso para las consagradas, mi primer año de formación.

La experiencia de la formación, tal como se está llevando hoy en día, está siendo un gran camino de aprendizaje. La mayoría de las que nos encontramos en formación no hemos participado directamente en el proceso de renovación ni de las consagradas ni de los laicos, pero sí hemos participado con la entrega activa de nuestra propia vida, y Dios en Su infinita Misericordia se ha valido de nuestro “sí” al llamado que Él nos hizo a esta hermosa vocación, para dar esperanza y luz, un signo claro, concreto y elocuente de confirmación de este peculiar camino de consagración como un camino de santidad inspirado por el Espíritu Santo y como respuesta amorosa a Su plan de salvación y para la extensión de Su Reino.

Mis expectativas para la Asamblea están profundamente unidas a lo que quisiera pedir al resto de las consagradas que intercedieran: que estos días sean una experiencia profunda del Espíritu, que permanezcamos abiertas a dejarnos sorprender por sus caminos insondables, y que nos prestemos, completas, mente, alma y espíritu, para que Dios se manifieste en nuestra pequeñez y miseria, que sea Él en todas y en cada una.


I was born on January 28, 1988 in the city of Barquisimeto, Venezuela.  After a few years, my family moved to Caracas, a city of which I consider myself a native.  I am the youngest of four children.  I come from a Catholic family, and if I could describe it in one phrase it would be: unity in love.

I studied in a school with French religious. I first learned about the Movement through the Mega Missions of Holy Week in 2008.  I became a member of the Movement this same year, because I saw that it responded to what my heart had been looking for, not just in that moment but for a period of time. Later on, after graduating with a degree in industrial engineering, I decided to be a Regnum Christi missionary with the intention of responding to the vocational concerns that had begun explicitly five years earlier. Those years as a Regnum Christi missionary were an experience of unspeakable wealth, to which I constantly return to as a source of confirmation of my vocation.

At the end of my years as a Regnum Christi missionary, I went to Madrid, where I participated in the course prior to the candidacy.  I then applied for admission to the candidacy.  After seven months, I was transferred to Monterrey, Mexico where I finished my two years of candidacy.  On August 22, 2015 I made my first profession of temporary vows.  I will renew them, God willing, in the summer of this year.

I currently belong to the community of consecrated women who have made temporary vows and are in formation in Madrid, Spain.  There are 16 consecrated women in formation. Two consecrated women help us in our formation, and there are two who live with us and have an external apostolate.  They are spiritual directors for some of us.  This community began less than three years ago when, in my first year of formation, we began the program of studies at San Damaso University.  We are studying theology there.

The experience of formation, as it is being carried out today, is a great way to learn. Most of us who are in formation have not participated directly in the process of renewal, neither of the consecrated women nor of the lay members, but we have participated with the active surrender of our own life.  God in His infinite mercy has used our «yes» to the call that He made to us to live this beautiful vocation in order to give hope and light, and a clear, concrete and eloquent sign of confirmation of this peculiar path of consecration as a path of holiness inspired by the Holy Spirit, and as a loving response to His plan of salvation and to the extension of His Kingdom.

My expectations for the Assembly are deeply linked to what I would like to ask of the rest of the consecrated women who intercede: that these days be a profound experience of the Spirit, that we remain open to be surprised by His unfathomable ways, and that we lend ourselves fully: mind, soul and spirit, so that God may be manifested in our smallness and misery. May He be in each and every one of us.


Para completar el proceso de adopción espiritual de este delegado sigue las siguientes instrucciones
  1. Ingresa tu nombre y correo electrónico
  2. Haz Clic en el botón “Adopta un delegado”
  3. Una vez que tengas asignado un delegado puedes tenerlo presente en tus oraciones diarias, ofrecer una decena del Rosario por él o ella, rezar la oración por los frutos del proceso de renovación pidiendo al Espíritu Santo que le ilumine, hacer sacrificios y obras de misericordia en su nombre.

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